Merkel, maestra de las crisis

Entrevista a la escritora y periodista colombiana Patricia Salazar Figueroa, autora del libro “Angela Merkel, la física del poder”.

Por Giulio Cellini Ramos.

Angela Merkel, canciller federal de Alemania durante casi dieciséis años, es, sin duda alguna, una de las figuras más importantes del siglo XXI. Su liderazgo a toda prueba, su sobria manera de ser, su pausada pero determinada forma de actuar, su modesto estilo de vida y el éxito de su gobierno, constituyen a Merkel como un personaje digno de admiración y como un referente para ser estudiado con detenimiento, tal es la tarea que asume la periodista colombiana Patricia Salazar Figueroa junto a su colega Christina Mendoza Weber, resultando de ese esfuerzo su obra “Angela Merkel, la física del poder”, el primer reportaje biográfico en español sobre la líder del partido democratacristiano de Alemania, una obra publicada por Intermedio Editores de Bogotá, en octubre de 2019.

Pocos periodistas tienen la oportunidad de seguir de cerca las huellas de un gran líder, retratarlo en un libro no ha de ser tarea fácil, reto que Salazar y Mendoza no desaprovechan. Conversar con la amable y cordial Patricia, quien conserva su acento colombiano, aunque notoriamente marcado por el alemán que practica cada día de su vida en Berlín desde hace veinte años, es sentir, por momentos, que se intercambia ideas con la propia Merkel, por su basto conocimiento y lucidez en cuanto a las distintas facetas de la prominente jefe del gobierno alemán.

Su aporte a la literatura es una verdadera joya, pero en particular, un atinado elemento en estos tiempos en que la sucesora de Konrad Adenauer y Helmut Kohl se ha configurado como una referencia mundial en el manejo de la imprevista crisis mundial generada por el coronavirus.  Ya en el ocaso de su cuarto y último mandato, Angela Merkel da, de nuevo, motivos suficientes para analizar su personalidad, liderazgo y conducción, lo que nos proponemos hacer en esta entrevista de la mano de quien durante años la ha seguido con gran profesionalismo, objetividad y devoción.

A continuación, reproducimos la entrevista.

1.      ¿Quién es Angela Merkel y por qué fue una motivación para que usted, periodista colombiana radicada en Berlín, se propusiera escribir su biografía?

En la pregunta está una parte de la respuesta: el hecho de residir en Alemania desde 1999, siendo periodista colombiana, con experiencia en prensa escrita y asesoría política, así como el cubrimiento que hice para la casa editorial El Tiempo, me permitió seguir muy de cerca las actividades y las vicisitudes de la política alemana y en ese sentido fue inevitable el encuentro con Angela Merkel, que en 1999 estaba en la oposición política y era apenas la Secretaria General  de la CDU, la Unión Demócrata Cristiana. Desde entonces la he seguido y desde el 2016, cuando ya tenía un conocimiento bastante profundo de su historia que es apasionante y supremamente reveladora, decidí embarcarme en la aventura de hacer una reportería para un libro en español e invité a una colega, también muy especial y muy ilustrada en lo que tiene que ver con la política alemana, que se llama Christina Mendoza Weber, una colombo alemana, residente igualmente en Alemania, a hacerse parte de este proyecto y ella aceptó.

2.      Más allá de la seriedad y el estoicismo, ¿qué hay dentro de la persona de Angela Merkel?

En primer lugar, Angela Merkel es una científica. Estudió física en la Universidad de Leipzig, es doctora en física, de tal forma que es una persona racional, supremamente bien formada. Es provinciana, porque vivió durante toda su niñez y adolescencia en un municipio brandenburgués llamado Templin, de quince mil habitantes, por lo que creció en una comarca muy pequeña rodeada de muchísimos bosques y lagos. Es la hija de un pastor luterano, Horst Kasner, un señor que dedicó su vida a hacer Iglesia en el comunismo, junto con otros pastores y sacerdotes católicos. Y es la hija de una profesora de inglés y latín, que había sido refugiada de la segunda guerra mundial porque la vivió y le tocó, como a toda la juventud alemana, padecer los efectos de la guerra sin tener conciencia de qué poderes o fuerzas movilizaban a la población. Entonces Merkel es eso, un personaje muy ético y muy racional, herencia de su padre y, muy afecta a la docencia, por el hecho de que su madre era profesora, aunque no pudo practicar la profesión por prohibición expresa de los líderes comunistas de la región, que no la dejaron ejercer por ser esposa de un pastor luterano y provenir del occidente, ya que llegó a la Alemania oriental desde Hamburgo. De tal manera que se trata de un personaje en el que confluye la ética, la religión, la ciencia y ello lo hacen de excepción, porque es muy raro encontrar personas que sean científicas y a la vez religiosas. Angela Merkel practica la religión luterana y es una persona muy afecta a las largas caminatas, a los silencios prolongados, a la reflexión, la introspección. Es un ser familiar, aunque nunca tuvo hijos, pero sí conserva mucho su filiación y afecto por sus hermanos. Tiene dos hermanos, uno se llama Marcos, que también es físico y su hermana Irene, quien es logopeda.

3.      Ya que menciona aspectos de carácter familiar, pudiéramos ampliar un poco sobre su rol en la familia…

En su faceta familiar, Merkel es la hermana mayor, es la primera de tres hijos del matrimonio Kasner. Sus hermanos menores son, como lo decía, un físico que trabaja actualmente en la Universidad de Frankfort y su hermana Irene, diez años menor que ella, quien es su mejor amiga, su mayor confidente. Irene ha jugado un papel muy importante en la vida de Angela Merkel porque es el corazón, es la persona en quien confía plenamente, tienen una cercanía muy fuerte. Merkel también es la esposa de un científico llamado Joachim Sauer, doctor en fisicoquímica de la Universidad Humboldt de Berlín y, actualmente, profesor emérito de esa universidad. Su primer esposo, que se llama Ulrich Merkel, también es físico y académico, fue su primer novio y tuvieron una relación larga, de él conserva su apellido y fue con quien contrajo nupcias por la iglesia, ya que con Joachim Sauer está casada, pero solo por lo civil. Por el lado de Joachim Sauer  quien tiene dos hijos, también ejerce un poco la función de abuela de los nietos de este. Lo cierto es que ella tiene una personalidad de pequeños grupos, muy selectos, muy sencillos. Ella es afecta a los placeres sencillos como largas caminatas por el bosque, un buen vino, una muy buena conversación y, sobre todo, una gran vocación por el silencio y la reflexión. No es propicia a la gente que habla mucho y se distrae en conversaciones sin sentido para ella, pesa cada palabra como si su peso valiera oro.

4.      ¿Cuál es la característica de Angela Merkel que más admira?

Christina y yo hemos conversado mucho sobre qué nos ha dejado la experiencia de conocer tanto sobre Merkel. A mí, particularmente, me deja muy buena sensación el hecho de que ella no la ha tenido fácil nunca, en este momento está cosechando éxitos de treinta años en la política, pero eso no siempre ha sido así. Ha superado grandes crisis, es una maestra de las crisis. Crisis personales, crisis políticas, crisis dentro de la Unión Europea, de los bancos, de los refugiados. Entonces, se trata de una persona que se crece en las crisis, porque en el momento en que llegan situaciones muy adversas, bien sean personales o de mayor calibre como la que confrontamos en este momento, Merkel se refugia mucho en sí misma y en sus conocimientos científicos para elaborar una estrategia de salida de la crisis y, casi siempre, estas crisis le sirven a ella para emerger de una forma mucho más fuerte y sólida. Y todo eso lo ha hecho sin exaltar los atributos de mujer, es decir, Merkel no se alaba a sí misma por el hecho de ser mujer, no promociona su perfil femenino, sino que lo considera un asunto meramente humano. Ella se presenta siempre como persona, jamás ha dicho “soy una mujer”. No coquetea ni con el feminismo, ni cree que por ser mujer merece más. Su puesto en la historia y en su país se lo ha ganado por el hecho de ser una persona estudiada y trabajadora, eso es lo que a mí más me motiva de ella, su total rechazo a los coqueteos por el hecho de ser mujer.

5.      Usted la ha llamado “la maestra de las crisis” y frente a la crisis actual del COVID-19, es interesante cómo la figura de Angela Merkel se ha fortalecido por su manejo de la situación. ¿Por qué cree que su liderazgo se ha incrementado y los ojos del mundo se posan sobre ella?

Merkel intuyó rápidamente el gran peligro que representaba la pandemia para Alemania y Europa, por lo que elaboró una estrategia basada en la sinceridad. Logró una comunicación extraordinaria con sus ciudadanos porque no les dijo “esto lo vamos a superar, tenemos todo bajo control”, sino que a comienzos de marzo le dijo a la población “estamos frente a un peligro inminente, entre el 60 y 70% de la población va a resultar infectada por el coronavirus, de tal forma que es una situación que no vamos a poder sobrellevar si no lo hacemos juntos, con disciplina, con conciencia del problema en que nos encontramos”. En ese momento Merkel se configuró como uno de los personajes más importantes en el manejo de esta crisis porque no le mintió al país, no le dijo que simplemente era una gripa y que, con el poder de Alemania, su robusto sistema de salud, sus importantes reservas de dinero, alimentos y medicamentos, se superaría la crisis. No. Ella bajó muchísimo el nivel de confianza en la abundancia de Alemania para concientizar a la gente de que este era el momento de disciplinarse y de guardarse, de tal forma que la gente le apostó a Merkel, avisada por el peligro que representa la pandemia. La gente, de forma voluntaria decidió disciplinarse y no hacer parte del 70% de posibles infectados, sino del 30% que no ingresaría en esas cifras. Merkel utilizó un poder de seducción basado en la información real del peligro que se cernía, por lo que no hubo que hacer mayores esfuerzos para que los ciudadanos se quedaran en sus casas. También, al reconocerla como líder, siempre impregna a la gente. En Alemania la población tiene una formación política amplia y cívica, y por eso también la gente siguió con confianza las recomendaciones de Merkel, asesorada además por miembros del Instituto Robert Koch para las Enfermedades Infecciosas y sus científicos de cabecera, con quienes conformó un gabinete de crisis, logrando que la curva de contagios ya se esté aplanando. En Alemania hay alrededor de ciento cincuenta mil infectados, lo que es mucho, pero para una población de ochenta millones, es manejable. Los niveles de recuperación oscilan el 96%, siendo el 4% de los contagiados, los que constituyen la población lamentablemente fallecida. De tal manera que las recomendaciones de guardar la cuarentena han sido acatadas de forma disciplinada y voluntaria por la población, razón por la que Alemania ya ha comenzado a abrir su economía, establecer corredores de producción, con un nuevo formato de vida que la población debe comprender. El nuevo orden mundial se tiene que configurar a partir de lo que pasará con esta pandemia, porque nuestros contactos sociales y la forma de relacionarnos en sociedad, lamentablemente, cambiaron ya.

Patricia Salazar Figueroa (a la izquierda de Angela Merkel) y Christina Mendoza Weber (a la derecha), autoras de la obra, junto a la Canciller Federal de Alemania.

6.      Angela Merkel y la Unión Europea… su vocación integracionista. ¿Por qué no Alemania primero, segundo y tercero?

Por el pasado nazi y a pesar de que han pasado 75 años desde la Segunda Guerra Mundial, la cultura alemana no daría jamás para que un líder diga “Alemania primero ante el mundo”, eso era parte de la vocación nazi y por tal motivo quedó eliminado del vocabulario político y cívico de la nación.  No van a repetir algo que se asemeje al contexto de lo que nunca debió pasar. Alemania nunca se promociona a sí misma como líder del mundo, ni de nada. Lo que hace Alemania es tener una vocación muy consolidada de ahorro, que le permite a su población no excederse en gastos, no pedir mucho crédito, no consumir más de lo que necesita. Esto es una vocación y un arraigo alemán, es la forma de ser del alemán. Por eso Alemania tiene muchos ahorros. No es una sociedad a la que le guste exhibir demasiado. Claro que hay muchos ricos, pero la mayoría de la población es de clase media. Es un país que conserva en su memoria las épocas magras, la escasez, la guerra y la posguerra. Los abuelos saben lo que es tener hambre y así han enseñado a las siguientes generaciones a valorar. Las reservas producto de las políticas de ahorro han librado a Alemania de otras crisis financieras. También influye en la estabilidad del país, la solidez de las instituciones democráticas y de los partidos como la CDU, que es un nido democrático de centro, al igual que los socialdemócratas. Quienes gobiernan, al igual que las figuras de los partidos, se encuentran bajo un permanente examen público. Se someten al examen de la gente en un país donde la opinión pública es inclemente, por lo que al “pillado en falta” le toca renunciar. A diferencia de otros países con una mala distribución del gasto público, como por ejemplo aquellos con excesivo e injustificado gasto militar, o el desgreño administrativo en otros países, Alemania no tiene esos problemas. Con respecto al tema del Coronavirus, Merkel ha dicho que toda Europa debe juntar esfuerzos y unirse en solidaridad en torno a las medidas a tomar, sobre todo porque esto no era una crisis previsible como la crisis del euro o de la banca, llegó solo y nadie en Europa es culpable. En este momento se está estudiando de qué forma ayudar a los países más afectados por el COVID-19, a saber, España e Italia. La canciller Merkel está en contra de la emisión de bonos europeos, pero sí está a favor de establecer figuras de solidaridad y ayuda. De hecho, Alemania está albergando en sus hospitales a muchos pacientes provenientes de Italia y España, que han sido trasladados por la Fuerza Aérea Alemana para salvar sus vidas.

El interés de Merkel por la Unión Europea es muy alto, pero Alemania cuida mucho sus intereses, es decir, no regala ni un euro sin sentido. Ella está consciente de que el multilateralismo es la clave para que “este mundo tenga alguna oportunidad sobre la tierra” como lo diría Gabriel García Márquez. Merkel no confía en esos caminos solitarios, como los propone Estados Unidos, por ejemplo.  Es el multilateralismo el que en este momento es más importante. Si Alemania no ayudara a sus socios europeos e, incluso, a sus amigos africanos y latinoamericanos, a frenar sus propias crisis, en algún momento va a resultar afectada por ellas. La inmigración no puede parar, no van a parar los viajes. Alemania tiene una escasez de mano de obra en términos de asistencia médica, personal médico, enfermeros geriátricos, profesores, trabajadores para la cosecha, por lo que Alemania necesita de otros y otros necesitan de Alemania. Esa es la clave de Alemania en la que cree Merkel: el multilateralismo.

7.      Es indiscutible que Angela Merkel es una demócrata, nadie podría ponerlo en dudas, pero ¿cómo justificamos su reelección siendo que la alternancia es un elemento fundamental en un régimen democrático?

El tema del relevo depende de cada constitución. La constitución alemana no descalifica ni prohíbe la reelección. Aquí un canciller o un partido puede ser reelegido tantas veces como el pueblo lo quiera. Ahora bien, luego de casi dieciséis años que tiene Merkel en el poder, se genera lógicamente un cansancio en la población. Sin embargo, su reelección es absolutamente democrática porque este es un régimen parlamentario y no se escoge directamente a una persona, sino a un partido que ya tiene una propuesta de canciller, que usualmente es el jefe del partido y debe ser escogido por la mayoría. De tal manera que la población escoge a un partido y si el partido obtiene la mayoría de los escaños, podrá optar por el cargo de canciller y vicecanciller. Además, Merkel no gobierna sola, sino en coalición de gobierno con la socialdemocracia, que, por lo general, siempre ha sido el partido rival más fuerte de la CDU. Así que se trata de un proceso democrático en el que ella posiciona al partido y el partido a ella, al igual que el caso del segundo en haber obtenido mayor votación como el socio de coalición. No hay ninguna contradicción entre la reelección de Merkel y la democracia porque ella ha sido favorecida por los ciudadanos, al igual que sucedió con el canciller Helmut Kohl. No es un gobierno que, por ejemplo, prohíba las elecciones para preservar su sitio en el poder, o manipule los resultados. Eso no se da en Alemania donde el sistema electoral es bastante limpio.

8.      La democracia cristiana es la ideología que Merkel y la CDU propugnan, ¿a su juicio esa ideología sigue siendo llamativa para el votante alemán?

Sí, claro que sí. Aquí hay varios partidos. Además del cristianodemócrata que en este momento acumula un caudal de votación del 37%, seguido por el SPD que es el partido socialdemócrata que reúne aproximadamente el 25%, así que, si las elecciones fueran el domingo próximo y se presentan a la reelección, resultarían ganadores nuevamente. El partido verde ha repuntado bastante, es uno de los partidos que ha conseguido más apoyo por su discurso en procura de salvar el ecosistema y la atención al cambio climático. También está el partido Die Linke, la izquierda, que es un partido nacido como derivación del partido comunista líder de la RDA, que se mantienen en un margen de aceptación del 8% y hay un nuevo partido que se le acusa de ser de extrema derecha que es la Alternativa para Alemania, que ha bajado muchísimo. Antes de esta crisis ese partido estaba acumulando muchísima aceptación por parte de la población a través de sus propuestas xenofóbicas de “Alemania solo para los alemanes” y algunos científicos de la política atribuyen su ascenso al cansancio de la población con respecto a una líder como Merkel, que no ha sido nunca negativa para el país, pero dieciséis años es el tope que una población, cualquiera que sea, puede aguantar a una persona dirigiendo los destinos de su país. Así que siempre sería democrático si la siguen reeligiendo, pero ya después de tanto tiempo la población no la acompaña, sino que quiere un cambio de líder, un cambio de figuras. Para eso se está preparando Alemania, no está claro quién va a ser el sucesor de Angela Merkel en las próximas elecciones, todo se está barajando de nuevo. Hasta hace poco se daba por hecho que su sucesora sería Annegret Kramp-Karrembauer, en este momento Ministra de la Defensa y una líder importante en la CDU, pero su perfil se cayó un poco, no ha dado muestras de ser la posible sucesora de Merkel, le ha faltado fuerza y dinamismo, por lo que aún está por verse quién pueda sucederla. Hay algunos perfiles importantes en Baviera, en Alemania del norte, pero de eso todavía no se sabe a ciencia cierta quién podría reemplazar a Merkel, lo que en cualquier caso será muy difícil para dar la talla a una líder, que ya no es tanto líder sino un ídolo. No la tienen fácil los sucesores de Merkel, me parece que van a tener que trabajar mucho.

9.       A pesar de la personalidad del alemán, siempre el elector busca una dosis de carisma, de cercanía o empatía de los líderes al momento de escogerlos. ¿A qué se debe la solidez de su liderazgo sin ser una líder carismática?

Ello depende de la región y de lo que la población de un determinado país entienda por carisma. Por ejemplo, en América Latina se podría entender por carisma la coquetería, la alegría, la cercanía a la población o incluso una desfachatez, eso es algo que los alemanes no entienden como carisma. Los alemanes anteponen la necesidad de estabilidad, confiabilidad y anticorrupción. Se sienten muy seguros si tienen a un líder que les proporcione la seguridad de que ni en casos extremos va a hacer uso abusivo de su poder ni de forma personal, ni para beneficio de terceros, cuartos o quintos. Eso Merkel lo ofrece con toda solvencia. Por ejemplo, en este momento en que todos los países se han abocado a las medidas de extrema urgencia, a los toques de queda, un mal líder puede abusar de esos poderes y frenar los derechos individuales y democráticos de las personas. Merkel no lo ha hecho, ella no decretó el estado de excepción, ni la encerrona permanente, ni tampoco limitó la salida de las personas a días específicos, no estranguló las libertades individuales. El gran logro de Merkel ha sido que las personas se comporten adecuadamente en esta circunstancia, sin obligarlas a ello. No ha hecho uso ni abuso de su poder en este momento excepcional para restringir las libertades de los ciudadanos más allá de lo necesario. Claro que tuvo que tomar algunas decisiones como el cierre de locales, restaurantes, prohibición de jugar en los parques para niños, cierre de escuelas, iglesias o suspensión de visitas a los ancianatos. Todo esto bajo una visión supremamente sanitaria, sin que la gente se resienta de no poder hacerlo, entendiendo que es para su bienestar. Jamás llegó a instalar el modelo de “toque de queda”, ella determinó que la gente saliera lo menos posible y en grupos de dos personas, con la distancia de un metro y medio entre ellos. En estos momentos es cuando realmente conocemos a nuestros líderes, observando su inteligencia en no abusar de sus poderes en la supresión de los derechos individuales amparados por cada constitución. La confiabilidad en que Merkel es una demócrata ha sido comentada muchísimo en los medios de Alemania, incluso se han hecho análisis interesantes sobre “qué hubiera pasado si en estas circunstancias peligrosas nos hubiera tocado un líder como A, B o C”, a lo que la gente concluye agradeciendo por tener como su líder a Merkel, una persona razonable a quien está confiada su vida. En lugar de carisma o la cercanía con la ciudadanía, su respaldo se basa en la confiabilidad, la incorruptibilidad, su modestia, porque es una persona que vive modestamente, hace personalmente su mercado sin pedir a sus guardaespaldas que carguen las canastas o paquetes. Ella misma va a la panadería y se surte. En su casa no tiene empleada de servicio, ella se prepara sus alimentos. Obviamente en la cancillería tendrá su personal, pero es una persona que se autoabastece junto con su marido, que propone un estilo de vida muy sencillo. Claro que le gusta un buen vino y sus vacaciones, pero no es una persona que la veríamos jamás en un crucero o en un sitio de lujo extravagante. Eso a la gente le da mucha satisfacción, porque es justamente lo que la clase media se puede permitir hacer: salir a los bosques, pasear, hacer picnics, pero nada de extravagancias. Y ese es el alemán que sigue a Merkel. 

10.  Para concluir, Merkel y su retiro. ¿Qué legado deja? ¿Y luego qué?

Bueno, el retiro ya está cantado. Ella termina su cuarto periodo en septiembre de 2021 y para entonces ya sabremos quién será el o la sucesora para su partido. Todavía no sabemos si el partido va a salir elegido y nombrar nuevamente al canciller, pero lo más seguro es que sí, que sea nuevamente un personaje de la cristiano democracia, en compañía de un vicecanciller que puede ser del SPD o de los verdes, depende de la situación. Lo cierto es que el retiro ya está anunciado, ella no va a presentarse a la reelección, así lo dijo el verano pasado, así que estos son los últimos tiempos del gobierno de Angela Merkel y le tocó esta crisis y pienso que le va a alcanzar el tiempo para sacar adelante a Alemania y ya la deja encaminada a algo que será llamado “la nueva normalidad del mundo”. El legado es discutible, muchas personas dicen que es su forma de gobierno austera, el mantenimiento de Alemania fuera de las crisis sin ser atacada por las múltiples situaciones que afectaron a otros países. Los alemanes tienen una vida buena, unas finanzas en orden, unas arcas medianamente llenas y no están endeudados, así que ese es un legado en lo económico. En lo ético y social, me parece que haber llevado hacia el centro al partido de la cristiano democracia, que era más inclinado hacia la derecha. Ahora es una propuesta de centro para la población que es conservadora pero no a ultranza. Es un partido que no pretende una “Alemania primero”, ni los planes del capitalismo salvaje. Es un partido humanista, que le tendió la mano en 2015 a un millón quinientos mil refugiados. Eso es un gran legado para mí, que siendo líder de un partido de centroderecha, Merkel le abrió las puertas a muchas personas que estaban en peligro de muerte por las guerras del oriente próximo, le abrió muy solidariamente las manos y con ello, se ganó un rechazo muy alto de la población de extrema derecha de este país y de Europa, ante lo cual no se dio por enterada y continuó jugándose su poder político. Esto revela que tiene una conciencia humanitaria supremamente alta. Ella es la voz del humanitarismo alemán, lo cual para mí es un legado importante. Ella sostiene que abrir las puertas a los refugiados es un mandato, no solamente constitucional, sino ético. Eso da un gran ejemplo a otros líderes y países de que no se puede cerrar las puertas a los inmigrantes. Fijémonos, en ese sentido, en el ejemplo colombiano, que recibió a los inmigrantes venezolanos hasta la llegada de esta pandemia en que Colombia también ha llegado al borde. Incluso he escuchado que Merkel ha alabado a Colombia por su resolución de aceptar a tantas personas que se encuentran huyendo del régimen de Venezuela. Por cierto, en circunstancias no comparables, porque Alemania ha podido ofrecerle a los refugiados muchísimo más que un país como el mío, que es Colombia, que no puede ofrecerle a los refugiados venezolanos mucho más que abrirle las puertas y dejar que ingresen al país a buscar su destino y supervivencia.

 Agradecimiento especial al doctor Germán Castañeda Benavides y al profesor Carlos Emilio Egaña.

Mayo, 2020.

Abogado, UCAB. Consultor político y asesor legislativo. Profesor de Derecho Internacional. Análisis Político, relaciones públicas, políticas y diplomáticas. IVLP Alumnus.

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