La evolución es inminente y más cuando el desarrollo del entorno es tan exponencial como
en estos tiempos. Las brechas generacionales se amplían más con las nuevas tecnologías
y con ellas, la manera de ver la vida se transforma. Es por eso que la manera de comunicar
ha sufrido cambios drásticos gracias al fenómenos de las redes sociales.
Según el American Press Institute el 82 % de los millenials se informa en los medios
digitales, dejando por fuera a los medios convencionales de comunicación. Esto trae
consigo particularidades que el actor político, no debe pasar por alto. El fenómeno de la
viralización de contenidos ha sido una herramienta que puede perjudicar una campaña
política o impulsar la popularidad de un candidato positivamente.
En este universo entra la nueva figura de la comunicación: el meme, que busca por medio de humor y sátira sintetizar un mensaje político en imágenes sencillas de comprender, de
alto impacto en redes sociales y con facilidad de convertirse en tendencia. La estructura de
codificación de dichos mensajes (que podrían ser complejos) no es un fenómeno actual.
Este tipo de codificaciones parte desde hace siglos con los kanjis en oriente, con figuras
para comunicarse entre países orientales, que no hablaban el mismo idioma pero si
entendían referencias en imágenes, luego de este estilo de codificación de mensajes
podemos hablar de los emojis, que parten del mismo principio de imágenes, permitiéndote
interpretar una oración entera utilizándolos, el lenguaje se hace más complejo para
sintetizar un amplio mensaje en menor tiempo.
En comunicación política esto no se queda atrás, en 2016, la catalogada “guerra de memes” en plena campaña estadounidense entre Hillary Clinton y Donald Trump, se volvieron tendencias cientos de memes sobre la candidata demócrata sobre sus distintos escándalos, a tal punto que los medios convencionales no pudieron obviarlos y tuvieron que publicar sobre ello, cuando en otra oportunidad, tal vez no lo harían. Entonces, no sólo hablamos de sátira en redes sociales,
hablamos de una herramienta para volver sucesos o críticas tendencia, es allí donde hay
que abrir los ojos y utilizarlo a nuestro favor e influir en la opinión pública de manera
positiva, antes de que se utilice de una manera que perjudique al candidato.
El estudio Digital News Report 2018 del Instituto de Reuters de la Universidad de Oxford,
realizado en 37 países, establece que el consumo de noticias es liderado por los formatos
digitales en un 89%, seguido por la televisión con un 75%, y un 71% que se ve
representado por los usuarios que se apoyan de igual manera en el uso de redes sociales
como una fuente alterna de información. Esto habla del crecimiento de un esquema digital
que hemos venido apreciando los últimos años, y con él, un canal más amplio para las
nuevas formas de comunicar, volver viral un contenido y ser tendencia.
Mientras más pasa el tiempo, más millennials y Centennials son parte del cuerpo de votantes del mundo, más influencia tienen las redes sociales y más se utilizarán las codificaciones en memes para posicionar ante la opinión pública mensajes, ideologías o hasta difamaciones. El futuro de la
política está allí.
Pedro Andrés Cordero Brandt